Ayer se celebró la entrega de premios que en esta segunda edición tenía como lema ‪#‎FelizAireNuevo‬. En esta ocasión, la Empresa Municipal de Transportes y el Ayuntamiento de Madrid querían celebrar que el gas natural lleva ya 20 años propulsando los autobuses municipales mediante un concurso de microrrelatos y microvídeos donde el transporte sostenible debía ser el protagonista. Álvaro Fernández Heredia, gerente de la EMT, entregó los cheques del premio.

En 1995, la EMT apostó por introducir en su flota de vehículos un combustible más respetuoso con el medio ambiente, el gas natural. En la actualidad, más del 40% de los autobuses madrileños circulan propulsados por este tipo de energía.

En 2014, la EMT celebró el 40 aniversario de los autobuses nocturnos de Madrid lanzando el primer certamen de microrrelatos y microvídeos, que contó con la una excelente acogida por parte del público.

Este año, en la modalidad de microrrelatos, los trabajos escritos debían ser inéditos, originales e ir acompañados por su correspondiente título, con un máximo de 200 palabras, título aparte, y eran enviados a través de una aplicación habilitada en el perfil de Facebook de la EMT.  En la modalidad de microvídeos, los trabajos audiovisuales (también originales, inéditos y con título) no podían tener una duración superior a los 30 segundos. Como en el caso de los microrrelatos, se subían a través de una aplicación habilitada en el perfil de Facebook.

En el apartado de microrrelatos, el Premio del Jurado de 200 euros se le otorgó a Raúl C. y el Premio de los Fans de Facebook de 100 euros a Carlos Gómez. En el apartado de microvídeos, el Premio del Jurado, 300 euros, tuvo como ganador a Diego Navarro, mientras que el Premio de los Fans de Facebook de 150 euros, fue mericidamente ganado por Ana Soriano, que no pudo acudir a la entrega.

Gracias a todos los participantes ¡os esperamos en la siguiente convocatoria!

A continuación os mostramos los microrrelatos y microvídeos ganadores:

El regreso – Raúl C.

Subió cerca de Sol y enseguida hizo notar su presencia. Caminaba lentamente, buscando un asiento libre, y en cada paso provocaba que el autobús se balancease ligeramente hacia la izquierda o hacia la derecha. Cuando al fin se acomodó junto a la puerta de salida, elevó su hocico, olfateó durante unos segundos y emitió como remate un gruñido largo y grave que hizo que vibrasen al compás todas las lunas del vehículo. Nos acompañó hasta la Casa de Campo, y durante todo ese tiempo yo permanecí sobrecogido, mudo, incapaz de no mirar otra cosa que no fuera el brillo intenso de su pelaje. Sólo cuando se bajó, sólo cuando vi como se perdía entre los árboles pude musitar un débil: -Increíble… -Sí – dijo mi compañero de butaca -, hacía mucho tiempo que no se veían osos por Madrid. Debe ser cosa del aire. Ya sabe – añadió -, estos autobuses nuevos apenas contaminan. Creí que exageraba, pero ahora viajo de regreso hacia el Retiro, rodeado de una familia de ciervos y de cuatro ardillas y, la verdad, ya no sé qué pensar.

¿Qué te puede contar la ventana de un autobús..? – Carlos Gómez

¿Qué te puede contar la ventana de un autobús, las paradas de las diversas líneas de recorrido o el asiento de cualquier vehículo integrado en transporte público? Si uno no se concentra, seguro que nada. Sin embargo, que estos elementos sean incapaces de articular palabra, gesticular o escribir signos comunicativos no significa que dejen de ser narradores de grandes historias. Yo mismo he sido testigo de cómo, a través de los cristales de los distintos autobuses interubanos, se desnudaban todos y cada uno de los secretos de mi ciudad. Doy fe de que el sitio donde mejor he visto convivir a multitud de culturas diferentes como si de una sola se tratase han sido los puntos de espera de las diversas líneas de recorrido. Y estoy seguro de que, realmente, cada vez que nos acomodamos en el asiento de un vehículo destinado al transporte público, éste nos quiere decir que, mientras le ayudemos, no se rendirá en su lucha. Una pugna sin descanso ni cuartel para seguir cuidando nuestro aire, preservando nuestro paisaje, velando por nuestra salud, incluso haciendo historia y narrándola.

Feliz Aire Nuevo en Arturo Soria – Diego Navarro

Por un presente sin humos – Ana Soriano