Vivimos de forma distinta a la que tenían de hacerlo nuestros padres, muchas personas acuden a las piscinas municipales, pero muchas otra también tienen la posibilidad de bajar a darse un chapuzón en su comunidad de vecinos, y todo ello ha cambiado hábitos que de vez en cuando conviene recordar.

Es cierto, nadie podrá negarlo, que las piscinas de verano, igual antes que ahora, eso sí, son un lugar de encuentro, de relación social, y por tanto normalmente las personas van a las mismas siempre, porque es allí donde están “los suyos”.

Pero hoy te proponemos otro plan. Si tomas la línea de autobús número 20, 30, 32, 56, ó 143; estarás a un tiro de piedra de la piscina del Club Canoe (Calle del Pez Volador, 30), un lugar con historia al que acudir para hacer algo diferente.

Quien iba a decir a los montañeros que crearon este Club en 1931 nada menos, que su prestigio, entre otras cuestiones, iba a tener la natación como seña de identidad. Sus instalaciones cuentan con varias piscinas, cubiertas y exteriores, piscina de aprendizaje, infantil y zona de salto. Algo que gusta mucho a quienes allí acuden, es que tiene una zona separada para adultos y para niños, y lo que para unos implica estar más pendientes de ellos, para otros es una forma de estar más tranquilos/as.

El Club Canoe no sólo tiene sus piscinas, sino que además está dotado de gimnasio, polideportivo, frontón, squash, cancha de golf, praderas, solarium y zonas sociales. Además tienen escuelas de natación, waterpolo, sincronizada, saltos, baloncesto, rugby y golf. Pero lo importante, razón fundamental por la que te hemos sugerido usar nuestro transporte hoy, es que constituye una razón perfecta para hacer lo habitual en un lugar diferente. Esperamos que disfrutes, de eso se trata.

Fuente foto: http://alejandro-santamaria-arquitecto.blogspot.com.es/