La llegada del Iveco 623 E2 (o 623/II) a EMT supuso un ensayo con un modelo de bus nada habitual en la empresa municipal. Fueron los primeros Iveco tras la compra de Pegaso en entrar en EMT, y su característica más diferencial, a pesar de contar con carrocería de dos puertas, era que la puerta de salida se situaba al final del vehículo y no en la parte central como en el resto de modelos frecuentes.

Con esta prueba se intentó maximizar la capacidad de los coches por dos vías: la primera, con esta distribución el bus tenía más plazas útiles y ofrecía mayor seguridad en la apertura de puertas; la segunda, al situar la puerta de salida en la parte final del bus, se quería lograr que los pasajeros fueran pasando al fondo, ocupando la totalidad del bus sin quedarse en la zona delantera del mismo.

Se adquirieron 167 unidades de este modelo, numeradas del 201 al 367, con dos carrocerías diferentes: ENASA (89 coches) y Castrosua (78 coches). Se dieron de alta entre octubre de 1995 y agosto de 1997, repartidos entre Buenavista, Entrevías, La Elipa y Fuencarral, y a partir del 2005 comenzaron a ser retirados.

El resultado no fue el esperado, y los últimos 13 coches de esta serie fueron baja el 1 de agosto de 2007, sustituidos por modelos de carrozado habitual en EMT con puerta de salida central. La unidad 342 de estos IVeco 623 E2 se conserva en nuestro #MuseoEMT en recuerdo de aquel ensayo que no fructificó.

Como curiosidad, una vez finalizada su vida en EMT, al menos un lote de 9 unidades fueron a parar al servicio de “Alsa-Trapsa” del Aeropuerto de Barajas que conecta la T4 con las antiguas terminales. Se “recarrozaron” en la empresa Hispano, se rematricularon y lucieron como nuevas en su segunda vida por el aeropuerto.

EMT, haciendo historia, moviendo Madrid.