La línea número 8 de tranvía quedó establecida en 1905 uniendo las cocheras de La Bombilla con el Hipódromo. Un recorrido que atravesaba calles tan castizas como el paseo de la Florida, Cuesta de San Vicente, Plaza de España, Leganitos, Flor Baja o la Puerta de Sol.

Cada 15 de mayo era devoción acercarse a las celebraciones del patrón, San Isidro, y cada 13 de junio, en el barrio de La Bombilla, tenía lugar la clásica romería de San Antonio, donde acudían jóvenes a la ermita del santo al rito de los alfileres para conocer cuántos pretendientes iban a tener.

Y tanto para ir al baile del Parque de la Bombilla como al de San Isidro, la mejor opción era subirse al tranvía número 8. Así, sus vagones se llenaban de madrileños y madrileñas ataviados con los trajes típicos, con claveles reventones en la solapa ellos y radiantes mantones ellas.

Estos números 8 llenos de chulapos y chulapas acabaron por popularizar la expresión “más chulo que un 8”. Los residentes de la zona del Manzanares, con humor e ironía al contemplar aquellos coches cargados, enfatizaban que no podía existir algo con más chulería que un tranvía repleto de chulapos.

En la foto se observa un tranvía de la línea 8 tras restablecerse el servicio en la posguerra, donde se llevó a cabo una reordenación y renumeración de las líneas.