Hasta aquel 6 de Noviembre de 1947 en el que nació la Empresa Municipal de Transportes, el transporte público de superficie estuvo gestionado por varias instituciones que influyeron, algunas más que otras, en cómo sería la movilidad años más tarde. En este post nos vamos a centrar en la más efímera de ellas: la Sociedad General de Autobuses.

La Sociedad General de Autobuses (SGA) inicia sus operaciones el 1 de octubre de 1924 con cinco líneas y 25 autobuses de la marca Tilling-Stevens, fabricados en Inglaterra, los primeros autobuses urbanos que circularon por Madrid.

El nacimiento de la SGA se constituyó el 14 de septiembre de 1922 y obtuvo, el 18 de octubre de ese mismo año, la concesión administrativa del Ayuntamiento de Madrid para explotar en exclusiva la primera red de líneas regulares y especiales de autobuses de la capital. La SGA se comprometía con el consistorio madrileño, mediante esa concesión, a poner en marcha 24 líneas regulares de autobús con 107 coches en servicio más las reservas necesarias, en el plazo de 14 meses.

Cumplido ese plazo, empezaron a funcionar los primeros itinerarios: Red de San Luis- Puerta de Atocha; Glorieta de San Bernardo- Guindalera; Cibeles-Rosales y Sol-Tetuán. La SGA anunciaba sus autobuses, que entraban en clara competencia con la consolidada red de tranvías, como vehículos de “sistema combinado gasolina-eléctrico, experimentados durante muchos años, alcanzando el mayor rendimiento y seguridad tanto para viajeros como transeúntes, por la enorme potencia de sus frenos mecánicos”.

Sin embargo, los autobuses no parecían gustar a los madrileños y la Sociedad se declara en quiebra en 1926, año en que sólo funcionaba ya una línea de la SGA. En 1927, cesan las operaciones de esta compañía y los autobuses desaparecen de las vías madrileñas tras un efímero paso de dos años y medio.

EMT, historia del transporte en Madrid.