A todos nos pasa en ocasiones que aquello que tenemos más a mano, es exactamente lo que menos visitamos. Pero cuando recibimos visita en la capital nos gusta llevar a los amigos a dar una vuelta por el Madrid de los Austrias.  Por eso hemos pensado en ofrecerte una ruta sencilla y cautivadora, para que te des el capricho, con o sin compañía. Algunas de las líneas con las que iniciar la ruta son: 3,25,33,50,51,62,74,75,133,138,146.

En la época en que reinó en España la dinastía de los Habsburgo, Madrid ocupaba más o menos lo que hoy es el centro. Ya Carlos I, con el que se inicia la época, contribuyó en buena medida a enriquecer la ciudad con palacios y monumentos, pero fue Felipe II, al convertir Madrid en capital de España, el que provocó el salto definitivo de la ciudad al mundo.

Pero vayamos a lo nuestro. El recorrido por los edificios renacentistas y barrocos de esta época es quizás uno de los más pintorescos y madrileños, de ahí que sea el que proponemos. Comenzaremos a andar en la plaza de Ópera, metro Ópera, bordeamos el Teatro Real, y visitamos el Palacio Real y la Catedral de la Almudena, si vamos con tiempo.

Casi enfrente, subimos por la Calle Mayor, paramos brevemente en la Plaza de la Villa, y ascendemos a la Plaza Mayor, la recorremos despacio, estatua Ecuestre de Felipe III incluida, y hacemos nuestra primera parada para tomar algo en uno de los mesones de las callejas que la rodean, cuchilleros…

Seguimos la marcha tomando la Calle Postas, siempre repleta, y llegamos al punto de encuentro por excelencia, la Puerta del Sol, que además constituye el punto de origen del que parten todas las carreteras de España. Ya sólo nos queda visitar el Convento de las Descalzas, y descansar en Casa Labra, o en alguna chocolatería de la zona.

De vuelta a casa, nosotros te llevamos tomando el autobús en la Puerta del Sol, o el metro del mismo nombre, deseando haberte ofrecido un plan que merece la pena, aunque a veces no lo hagamos por tenerlo tan a mano.