Ya hay ganadores del IV Concurso de Microrrelatos de EMT ‘Madrid, te quiero eléctrico’
Tras un mes de deliberación, el jurado de EMT ha elegido los dos microrrelatos ganadores del IV Concurso de Microrrelatos “Madrid, te quiero eléctrico” y ha declarado al ganador por votación de los fans a través de Facebook. En esta edición, que otorgaba total protagonismo a los autobuses híbridos y eléctricos de Madrid, han concurrido casi 200 trabajos llegados de muy diversos rincones de España y de fuera de nuestro país.
“Psicólogo de autobuses” es el título del microrrelato vencedor de esta edición. Firmado por Francisco José Galdón, reproduce una divertida charla entre un terapeuta y un autobús atribulado que, de repente, comienza a sentir los síntomas de su conversión a vehículo eléctrico. El segundo microrrelato más votado por el jurado de EMT es el titulado “Pongamos que hablo de los autobuses de Madrid”, cuya autora es Alba Hontanar y que es un auténtico repaso musical a la época de la Movida madrileña. En la categoría de Premio de los Fans de Facebook, la ganadora ha sido Patricia Fortes por su microrrelato “Emisiones de Amor”, el más aclamado por los seguidores con 267 votos.
El primer premiado recibirá 300 euros, el segundo 200 euros y el más votado por los fans de Facebook obtendrá 100 euros. El jurado de este concurso se ha visto obligado a descalificar algunos trabajos presentados que no cumplían las bases del concurso. La selección final entre los finalistas ha estado muy reñida puesto que todos eran de gran calidad y originalidad.
¡Enhorabuena a los premiados y gracias a todos los que habéis participado!
Aquí podéis leer los microrrelatos ganadores:
Primer Premio del Jurado: “Psicólogo de autobuses”
No es fácil ser psicólogo de autobuses. A diario tienes que lidiar con enfermedades como trastornos de la motoralidad, esquizofrenia pasajeronoide, autobusismo y demencia asientil. Sin embargo, hay historias que hacen de esta profesión una vocación útil y enriquecedora. He aquí el testimonio del autobús que, una mañana sin previo aviso, se convirtió en eléctrico: – Doctor, esta mañana al levantarme he sentido algo raro. No sabría decirle por qué, pero noto que algo ha cambiado en mi interior. – Entiendo. Descríbame por favor todos los síntomas. – No consigo hacer el mismo ruido que antes, no siento el fuego de siempre en el estómago y no puedo echar humo por el tubo de escape, ¿cree usted que puede ser grave? – No tiene de qué preocuparse. Es un claro caso de síndrome de la energía limpia. – ¿Síndrome de la energía limpia? – Sí. Sus creadores al fin se han concienciado y le han convertido en un ser sostenible y ecológicamente comprometido. Enhorabuena, es usted un autobús eléctrico. – ¿Y qué hago ahora? – Cuando se sienta cansado siéntese en el punto de recarga más cercano. Por lo demás vida normal. – Muchas gracias doctor.
Segundo Premio del Jurado: “Pongamos que hablo de los autobuses de Madrid”
Como saludaba Miguel Ríos, “gracias por estar aquí, vuestro impulso nos hará seres eléctricos”. Y es que Mecano ya no podrá cantar jamás “en Madrid alguna gente no lo puede soportar, yo ya sin humo no sé respirar (…)”. Gracias a los autobuses eléctricos e híbridos, “la chica de ayer” podrá seguir jugando con las flores en su jardín; la “reina de la noche” de Tino Casal ya no se subirá a un coche, sino a un autobús eléctrico; y el niño pijo que robó la novia a los Hombres-G sustituirá su Ford Fiesta por uno de estos. Es cierto que “aquí no hay playa”, pero “la movida” ahora en Madrid son los autobuses eléctricos e híbridos. Con el trajín de todas las personas que suben y bajan y recorren la ciudad con estos autobuses, “Madrid nunca duerme”. Y aquí estoy yo, en uno de estos autobuses a medianoche, escuchando la música de siempre, pensado “que el futuro ya está aquí”. Y como yo hay otra gente que usa el transporte público; nos miramos y nos sonreímos. Porque lo sabemos. Porque ahora sí que sí, podemos llegar “de Madrid al cielo”.
Premio de los Fans de Facebook: “Emisiones de Amor”
Comencé mi trayectoria profesional en Vigo; estaba entusiasmado y asustado a partes iguales, ya que la humedad y la salitre no eran buenas compañeras de viaje. -Envejeces mucho antes -me habían asegurado en la carrocera. Pero en cuanto avisté el brillante mar y el sol me tocó la fibra; supe que quería quedarme allí. Pero pasaban los días, y mi pequeño motor no aguantaba las subidas tan pronunciadas de la empinada ciudad. Me apartaron del servicio e hiberné en un oscuro rincón del taller… Hasta que una fría noche, entre los cuchicheos de los demás autobuses, apareció una conductora; me acarició suavemente el volante y me dijo: -Tranquilo pequeño, prepárate; nos espera un largo viaje. Al despuntar el alba, llegamos a la EMT de Madrid. Había mucho bullicio y más autobuses como yo; ellos, serían mi familia. Y, aunque añoro el olor y el azul del mar de la hermosa ría de Vigo, aquí soy muy querido y respetado por conductores y viajeros. La ciudad nunca duerme, y yo transporto orgulloso a miles de personas por sus majestuosas calles repletas de historia. Soy un híbrido afortunado, un vehículo que no contamina. Soy un autobús feliz, en la EMT de Madrid.
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