Durante los meses de verano, las pautas de nuestra vida cotidiana se modifican, nuestros horarios cambian y nuestros hábitos de transporte también. EMT se adapta a estos cambios y ajusta su oferta a las necesidades concretas de la menor demanda que, lógicamente, se produce durante este tiempo estival.

Hoy queremos explicarte cómo se organiza la oferta de servicio de EMT en función de las diferentes temporadas del año y del diverso tipo de demanda que caracteriza a cada una de ellas. EMT estructura su oferta de servicio en tres grandes temporadas: invierno, baja y verano, y una más pequeña considerada como intermedia. Las fechas de estas temporadas son aprobadas cada año, pero a grandes rasgos suelen ocupar las mismas franjas del calendario.

La temporada de invierno incluye los días laborables de los meses que van de mediados de septiembre a mediados de julio.

La temporada baja incluye días laborables de las últimas semanas de julio y las primeras de septiembre.

La temporada intermedia suele ser un periodo pequeño de tiempo, entre una y dos semanas, que sirve de puente entre la temporada baja y la de invierno, y definida principalmente por fin o inicio de la actividad escolar.

La temporada de verano engloba el mes de agosto y también la Semana Santa.

En todos los casos, los sábados, por un lado, y los domingos y festivos, por otro, tienen una oferta de servicio diferenciada.

En agosto y Semana Santa el número de viajeros desciende un 40 por ciento aproximadamente, mientras que en temporada baja la demanda cae alrededor de un 20 por ciento. EMT adapta la oferta de servicio en función de estas variaciones de la demanda, en aras de una adecuada eficiencia y con el objetivo de optimizar los recursos disponibles. En concreto, durante las temporadas baja y de verano, el servicio experimenta una merma media del 15 y el 30 por ciento, respectivamente, siempre por debajo del descenso real de la demanda.

Pero esto, sin embargo, no significa un peor servicio. Como hay menos tráfico, el recorrido de la ruta es más ágil. Como hay menos usuarios, los tiempos de parada para descenso y subida de viajeros son menores y, al final, el tiempo total de trayecto es el mismo, o incluso inferior, que en invierno. Eso compensa el ligero aumento del tiempo de espera que puede producirse en esta temporada. El ajuste veraniego de servicio implica que te ofrecemos autobuses con menor frecuencia que en invierno pero, a cambio, te ofrecemos un servicio más regular en menos tiempo y por lo tanto más fiable: los índices de regularidad en julio y agosto rozan el 99 por ciento en todas nuestras líneas.