Existe una iniciativa de “Libros a la calle” que promociona la lectura en el transporte público, colocando en el interior de los autobuses fragmentos de texto de obras literarias, que eran el entretenimiento de muchos usuarios que se dedicaban a leerlo mientras realizaban sus viajes. Algunos llevaban su propio libro y a otros les apetecía simplemente disfrutar del trayecto en el autobús, observando la vida a través de la ventanilla y haciendo sus propias reflexiones. Esta iniciativa, aunque curiosa y novedosa en el transporte público, ya se propuso con la creación de bibliotecas públicas en el año 1919 para que en los parques y jardines de la ciudad de Madrid existieran bibliotecas “Sin puertas ni guardianes” como se publicó en un periódico de la época. En principio se construyeron dos, una en el Retiro y otra en el Parque del Oeste. Se trataban de sencillas construcciones a modo de templetes, donde se situaba la estantería o librería con un cierre metálico y atendida por un funcionario que daba el préstamo del ejemplar correspondiente. En 1936 se contaba con 6 de estas bibliotecas que tenían alguna peculiaridad. No solamente prestaba libros, sino que también proporcionaba juguetes a los niños. Una gran iniciativa.

Con el paso del tiempo estas bibliotecas dejaron de usarse sufriendo un abandono que provocaron, en algunos casos, su desaparición. Actualmente se conservan dos gracias a la restauración que realizó la Feria del Libro en el año 1994: uno en la Glorieta de Pérez Galdós y otro en los jardines del arquitecto Herrero Palacios. Ambas, en el Parque del Retiro. Actualmente han recuperado, en parte, su antigua función ya que es común observar cómo los ciudadanos los utilizan para “liberar” libros que puedan ser recogidos por otros.

Hay muchas líneas de la EMT que llegan hasta este parque, pero las que quedan más próximas a estos tesoros son las 2, 15, 20, 26, 61, 63, C1, C2 y 152.

Buen viaje y mejor lectura.