En busca de los orígenes de la EMT (II)
Si el origen de la EMT se remonta a la Sociedad General de Autobuses (1924-1927),a la que nos referimos en el post de “En busca de los orígenes de la EMT”, es justo dedicar también unas líneas a la Sociedad Madrileña de Tranvías por ser el otro referente de nuestra empresa.
Esta sociedad quedó constituida en noviembre de1920 con un capital de 75 millones de pesetas, absorbiendo a todas las empresas tranviarias que operaban por entonces en Madrid, salvo la Compañía Madrileña de Urbanización. La nueva sociedad nació con el propósito de impulsar un mayor desarrollo de la circulación tranviaria en Madrid. El trazado de la red quedó así dividido en tres secciones: una funcionaba a base de tranvías expresos sin paradas; otra sección operaba vehículos para trayectos intermedios; y la tercera se dotaba de tranvías de sistema norteamericano con capacidad para 100 personas, con trayectos fijos y sin la presencia de la figura del cobrador. En un primer momento, la red entera combinaba líneas de vía estrecha y ancha hasta que el ancho se normalizó en los años 30. El material se mejoró y se trazaron nuevas líneas de tranvía llegando a barrios como Tetuán de las Victorias, Cuatro Caminos y Cuatro Vientos, entre otros. En estos años era común ver en las calles de Madrid modelos Charleroi, Bergman, General Electric, Westinghouse, así como los populares Siemens y Schuckert. Los tranvías amarillos eran bautizados por los ciudadanos con el nombre de “canarios” y los rojos se hacían llamar “cangrejos”.
La Sociedad Madrileña de Tranvías decide en 1932 volver a poner en servicio algunos autobuses por la ciudad con vehículos propios y contratados que llevaban la firma de Leyland y Aclo. También en ese año comienza a funcionar el servicio de tranvías nocturnos en Madrid. Una curiosidad final: el jornal diario de un cobrador o un conductor de tranvía era de 8 pesetas en el año 1930.